Mientras camino dando vueltas hacia ninguna parte, mis pensamientos siempre orbitan a tu alrededor. Atrás quedaron, pienso, deseo, esos nubarrones esporádicos que de repente se amontonaban en mi cabeza. Esas discrepancias que a veces crecían en el silencio de la distancia. Esas trampas que a veces la soledad, demasiado tiempo libre y una pizca de obsesión siembran como peligrosas minas en el camino. Zancadillas que desembocaban en monólogos desesperados y la voz quebrada. En lágrimas cayendo por las mejillas y punzadas de dolor en el corazón. En el mío pero también el tuyo.

Ahora solo deseo abrazarme a esos recuerdos tan felices compartidos y pasar página por fin a esos párrafos dolorosos y sombríos, a esos capítulos vacilantes que se intercalaban entre esos episodios mágicos y casi irreales que protagonizábamos tú y yo.

Y saborear con una sonrisa en los labios y una cálida llama amorosa acariciando el corazón esos instantes acumulados en estos tres intensos meses que nos ha conducido hasta aquí. Siguiendo el curso de un arroyo lleno de risas musicales, cariño y besos a borbotones y dulcísimas sonrisas.

Tres meses en los que mi corazón iba latiendo más trepidante y más enamorado que nunca. A veces demasiado deprisa, lo sé, hasta que aprendí a domarlo, a pisar el freno, para evitar dejarte atrás en su latido demasiado alocado. Tres meses en los que mi mente sigue entusiasmada y soñando historias vividas contigo y por vivir, en los que mis pensamientos, por fin purificados, gravitan también alrededor de tu sonrisa de ángel y tu mirada dulce como la miel

Mientras camino te declaro en la pantalla de este móvil lo que tantas veces te he dicho. Mis palabras libres por fin de ansiedad, curadas del oscuro virus del temor y las dudas, sincronizadas al ritmo de tu corazón delicado y tan sensible, siempre lo supe, como el mío. Creyendo en ti, en mí y en lo nuestro como en un bello amanecer que nunca terminará de colorear y alumbrar este amor.


Que estos mágicos meses den paso a esa tranquila y romántica eternidad, juntos. Esa que siempre deseé desde el primer día que mi mano rozó tu cintura.

© Javier L. García Moreno

15 octubre 2020