Entonces ese enésimo ocaso dejó de doler
Ya no soñaba ni iba a luchar hasta el final por otro débil amanecer
de un sol que nunca se alzaría a un espléndido mediodía…
Era un nuevo punto y final que antes convertía en punto y seguido
de una novela que ya solo escribía por inercia
(tantas preguntas sin respuesta, tanto dolor dejado atrás)
y que hacía demasiado tiempo
debió escribir la última línea…
Era el momento de seguir con ese guion
apenas comenzado
una novela como nunca antes había escrito
con atardeceres junto al mar
y días soleados incluso en pleno invierno…
Una novela de sonrisas a tu lado al amanecer
y no de reproches y silencios en la distancia…
Entonces en ese enésimo ocaso esta vez sí,
dejamos que fuera punto y final…

© Javier L. García Moreno